Massai Apartments

domingo, 9 de septiembre de 2007

cocine con apartamentos massai: vino de coyol

la subsección etílica de la división de cocina de apartamentos massai hace una nueva incursión en el mundo de los licores ticos, en esta ocasión centra su atención en el vino de coyol.

El vino de coyol proviene de la cultura indígena chorotega (por lo que recomendamos que repasen nuestra excursión por su territorio), asimilándose después por la tradición guanacasteca, de manera que hoy puede encontrarse en toda la provincia pampera, especialmente en Santa Cruz y Nicoya.

Luego hay que decir que el vino de coyol es un licor estacional, ya que su temporada de elaboración y consumo coincide con el verano tico, es decir, de diciembre hasta finales del mes de abril, obteniéndose la mejor producción entre enero y febrero.

También debe saberse que el vino de coyol es un licor artesanal, y que difícilmente podrá encontrarlo en comercios o supermercados. Es más, para tomar vino de coyol hay que desplazarse al lugar de producción, la coyolera.


La palma de coyol fotografiada desde abajo, con sus pinchos protectores.

La materia prima del vino es la variedad de palma de coyol, que crece silvestremente en los bosques y sabanas de Guanacaste (y desde México a Panamá), ferozmente defendida por un escudo de espinas, pese a ello, sus frutos son utilizados como alimento para el ganado, y los troncos de los ejemplares más maduros, de unos 15 años, son los que se utilizan para la elaboración del vino de coyol.

En las coyoleras, suelen tener sus propias plantaciones de palmas de coyol, de las cuales se talan los troncos sobre los que practicará el ordeñado (sí, sí, el ordeñado, han leído bien), que consiste en practicar unos agujeros por donde sangrará el la savia del coyol. Si el jugo del coyol se ordeña al medio día, el vino será fresco (apenas turbio, blanquecino, con un sabor silvestre, refrescante y dulce). En cambio, si se ordeña por la tarde o en los días sucesivos, se obtendrá licor fermentado, agridulce y graduación variable.


Troncos de coyol talados y listos para "ordeñar".

Para obtener vino de máxima graduación se dejará reposar la palmera talada por un día, al siguiente se practica el primer agujero en la parte superior, a unos cuantos centímetros abajo de donde nacen sus hojas. Este agujero será suficiente como para introducir una taza, y será cubierto para evitar que el vino que contiene la palmera se ensucie. Al segundo o tercer día, se extrae la primera agua, que no es muy buena y vuelve a tapar. Un día después se puede comenzar a extraer -de dos a tres veces diarias- el vino que se ha fermentado en la misma palmera. Cuando de un agujero no brota más jugo, se practica el siguiente más abajo y se repite el mismo procedimiento durante aproximadamente un mes (hasta agotarse el jugo del tronco). Cada palmera da hasta 60 botellas, y cada botella vale unos 700 colones.


Agujero en el tronco del coyol con su jugo en el fondo.

Los huéspedes de apartamentos massai están de enhorabuena, ya que se encuentran próximos a las coloyeras, la mayoría de ellas se ubican entorno a la población de Nambí (a medio camino entre Santa Cruz y Nicoya, en la carretera 21), allí está la coyolera La Fuente de Oro. Otra de las coyoleras más conocidas es la de Tony Muñoz González, que hace 17 años llegó de San Francisco de Coyote, Nandayure (al sur de Nicoya), y allí montó su negocio.

1 comentarios / comenta tu:

Delicias Prehispanicas dijo...

Muy interesante el vino de coyol.

Deseo utilizar sus fotografias e informacion asi como hacer un link a su pagina, si no le molesta.

Muchas gracias.
atte.,
Paco Perez